El pasado 14 de diciembre, Miguel Riande organizó un viaje al pueblo mágico Real de Catorce, en San Luis Potosí. Real de Catorce se ubica en un altiplano desértico en la sierra de Catorce y fue un próspero núcleo colonial de la minería de plata. Para llegar al poblado hay que atravesar el túnel Ogarrio el cual mide poco menos de 2.5 km.
En esta entrega describo las experiencias del primer día en Real; la descripción del segundo día la publicaré posteriormente.
Empezando el viaje
El 14 de diciembre, a las 10:30 de la noche, estábamos saliendo de la CDMX rumbo a este pueblo mágico. Eramos un grupo de unas 20 personas que íbamos emocionados, algunos por regresar, y otros por visitarlo por primera vez
Real se encuentra a 650 Km de la CDMX, y según Google, se puede cubrir esa distancia en 7 horas. Nosotros llegamos al tunel Ogarrio cerca de las 7 de la mañana, recorriendo la distancia en unas 8 horas.
A las 6 de la mañana ya estábamos cruzando el camino semi desértico que lleva hacia el poblado. En el horizonte se observaban los cerros tras los cuales el sol empezaba a asomarse. A esa hora, aún dentro de la camioneta, se sentía el frío del lugar; nos encontrábamos a una temperatura externa de alrededor de -3 grados.
Como mencioné, a las 7:00 de la mañana aproximadamente nos encontrábamos en la entrada del túnel. El techo del mismo no es alto, por lo que muchos transportes, como nuestra camioneta, no pueden ingresar a él. Existe un servicio de camionetas de redilas, que transportan a los visitantes hacia el pueblo de Real de Catorce. Así que cambiamos de transporte, y nos enfilamos hacia el acceso.
El Ogarrio es estrecho, cuenta con un carril en el que solo puede pasar transporte en una dirección u otra. El tráfico es coordinado, alguien vigila que en cada momento, solo ingresen autos por uno de los extremos.
Visita al pueblo fantasma
Saliendo del túnel Ogarrio, la vista se topa con una serie de puestos de madera; nosotros llegamos temprano, por lo que los puestos se encontraban cerrados, pero más tarde, estos se llenan de dulces, artesanías y de recuerdos de un lugar que ha sabido sobrevivir, pasando de ser un pueblo minero, destinado al abandono, a ser un pueblo turístico, cuyos caminos de piedra, bordeados de casas con historia (algunas en ruinas) y locales de ropa, comida y demás, logran mostrar al visitante una estampa rústica y antigua que invita a imaginar como habría sido la vida, aquí, en otros tiempos.
Caminamos y nos dirigimos a la pensión San Pancho, nuestro hospedaje; Si vas a Real de Catorce, esta pensión es un buen lugar para hospedarse. Dejadas las cosas, nos reunimos de nuevo para iniciar la caminata hacia el pueblo fantasma, una zona abandonada y en ruinas en el que existe una vieja mina.
El pueblo fantasma se encuentra en la parte alta de uno de los cerros que protege a Real de Catorce. Para llegar, se requiere cerca de una hora, a paso relajado y haciendo pausas para disfrutar de la vista. A medida que uno sube, las casas van quedando abajo, y hay varios puntos en los que el poblado se observa a lo lejos, rodeado de varios cerros (el túnel Ogarrio atraviesa por uno de ellos), siendo esta imagen una estampa muy emblemática de Real de Catorce.
Para disfrutar del pueblo y los alrededores, conviene contar con algo de condición; los caminos con pendientes están presentes tanto en el pueblo mismo como en los cerros que cubren a Real. ¿Y porqué tendríamos que caminar por esos cerros?, ah, porque en ellos se encuentran lugares de mucho interés, como el pueblo fantasma. Para llegar, tendrás que caminar por esos senderos, a menos que quieras realizar el recorrido a caballo. Si haces el recorrido a pie, te recomiendo ir con ropa y calzado cómodo y con suelas antiderrapantes, hay varias piedras lisas en el camino que te pueden hacer dar un pequeño resbalón.
Al llegar, un guía nos ofreció un recorrido y una plática muy amena sobre la historia del lugar. Nos explicó cómo trabajaban los mineros, cómo obtenían la plata y cómo la procesaban. También nos contó sobre el final de la actividad minera de ese lugar.
Como parte del recorrido, ingresamos algunos metros a la mina y escuchamos la historia del Jergas, uno de los fantasmas más famoso de este pueblo mágico.
Recorriendo las calles de Real de Catorce
Después de la visita al pueblo fantasma, teníamos 3 actividades más para nuestro primer día: un recorrido diurno por las calles y algunos lugares emblemáticos del pueblo de Real, posteriormente, después de comer y de un descanso, un recorrido nocturno por el viejo cementerio y otras zonas de interés y, finalmente, después de ver una pelea algo decepcionante del Canelo, una visita nocturna cerca del pueblo fantasma, para realizar fotografía de estrellas.
Para nuestros recorridos por Real, el Sr. Jaime fue el encargado de llevarnos por las calles y enseñarnos parte de la historia de este pueblo. Su forma de explicar y su elocuencia fueron ingredientes importantes que hicieron de los recorridos algo muy ameno y entrañable. Dentro de la iglesia, presenciamos un evento histórico para el pueblo: los XV años de 3 hermanas trillizas. De voz de nuestro guía, escuchamos algunas historias sobre la iglesia y su Santo Patrono, San Francisco de Asís.
Otro de los lugares que conocimos fue el palenque de gallos, una auditorio circular que actualmente funciona también como teatro. De acuerdo a nuestro guía, debido a la fuerte actividad paranormal que en ese punto se registra, aquí se grabó un capítulo de Extranormal, .
Después de un rato recorriendo calles y conociendo parte de la historia de Real, nos detuvimos para comer y descansar. Dentro de ese tiempo, fuimos a tomar un café a un local que se me hizo conocido, el RealBucks 😛 . Si lo tuyo es hacer shoping, aquí podrás adquirir ropa, adornos para casa y accesorios personales, hechos de arte huichol.
A las 6:00 de la tarde aproximadamente nos reunimos de nuevo con nuestro guía para iniciar el recorrido nocturno. Creo que la parte más atractiva del recorrido fue el momento en que llegamos al viejo cementerio, el cual consta de dos secciones, el primero dedicado a San Francisco de Asís y el segundo, a la Virgen María. Aún cuando ambas secciones están dedicadas a personajes de la religión católica, en los viejos portones se observan detalles que representan al hikuri, un importante elemento religioso del pueblo wirrarica. El recorrido incluye el ingreso a la sección dedicada a la Virgen María y dentro, se observa una iglesia al fondo, la cual se encuentra rodeada de gran cantidad de tumbas, algunas aún en buenas condiciones y otras, tan sencillas como sencilla puede ser la misma tierra que cubre el cuerpo de algún habitante del pueblo.
El acceso al cementerio fue una experiencia algo extraña pero interesante, escuchar parte de la historia de ese lugar y, posteriormente, ofrecer una vela encendida a alguna de las almas que ahí descansan, fueron para mí de las mejores experiencias de ese día.
Fotografía nocturna
Después del recorrido nocturno, pasamos a un bar cercano, para refrescarnos un poco y ver la pelea del Canelo. Después, algunos de nosotros volviéramos hacia la mina abandonada, de noche, con solo algunas lámparas para iluminar el camino.
Terminada la pelea, nos preparamos entonces para caminar de nueva cuenta hacia el pueblo fantasma. A ese recorrido fuimos solamente 6 personas. Para llegar a la cima caminamos por otro sendero, el cual pasaba por la orilla de la ladera del cerro.
No pude ver a cuántos grados nos encontrábamos, pero hacía bastante frío. Durante el tiempo que estuvimos caminamos, mi cuerpo se mantuvo caliente pero, cuando estuvimos arriba, con nuestras cámaras ya montadas en los tripies, el aire empezó a calar un poco, pero estas «incomodidades» las soporto con gusto con tal de estar ahí, bajo las estrellas, con una buena compañía haciendo lo que nos gusta hacer, fotografía.
Aunque Real de Catorce fue un lugar fío, no es el único donde me he tenido que tapar y quedar como oso, en nuestro «Paseo fotográfico – Pico de Orizaba«, terminé con ropa térmica, camiseta, camisa, sudadera, chamarra y bufanda.
Para las tomas utilicé mi Canon 6D, con un lente que compré específicamente para astro fotografía, un Rokinon 14mm F/2.8. Abajo te dejo un vídeo donde hablan del Samyang 14mm F/2.8; Samyang y Rokinon son la misma marca con diferente nombre en Europa y América. El diafragma lo puse en F/2.8, el ISO en 3200 y usé tiempos entre 20 y 30 segundos.
Debo decir que me costó un poco de trabajo utilizar el lente, el enfoque es manual pero no tenía los datos para configurar la hiperfocal, así que estuve variando el anillo de enfoque cerca de la marca de infinito hasta que logré un enfoque que me dejó satisfecho.
No me agradó demasiado que había algo de nubosidad, pero en vista de que no logré hacer una buena toma de vía láctea, al final esas nubes me ayudaron a obtener algunas imágenes que me agradaron, en las que se observa a la luna bajando por el horizonte para perderse detrás de unos cerros.
De regreso, hicimos una escala más para hacer unas tomas a una casona en ruinas que hay en el camino. También hicimos algunas fotografías del pueblo, con sus luces encendidas. Para el poblado, usé el 85mm f/1.8, uno de mis lentes más viejos, para hacer tomas más cercanas de Real. No llevaba mi 24-105, así que no pude hacer imágenes más abiertas desde este lugar.
La galería fotográfica
Te dejo ahora con la galería fotográfica, donde verás algunas de las imágenes que capté ese primer día en Real. Con cierta tristeza noto que faltan más imágenes del pueblo, de sus calles, su gente y sus actividades; creo que estoy ante un propósito para 2019, en las siguientes salidas fotográficas, intentar enfocarme más en el pueblo y su gente.
Por lo pronto, espero que las imágenes de esta galería sean suficientes para animarte a visitar este pueblo mágico. Te aseguro que si vas, disfrutarás gratamente del lugar, de su gente, su comida y sus costumbres.
Como siempre, muchas gracias por tu visita, espero que lo que leíste y viste aquí te haya sido grato y sirva como una invitación a recorrer por las calles de Real de Catorce. No olvides darle like si te agradó, y compartir en tus redes sociales, con los iconos que aparecen justo debajo del texto.
Hasta la siguiente, Happy Clicking!!
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