Mi fotografía, mi visión, mi vida

Fotografía analógica

Hoy en día, casi toda la fotografía que hacemos es una fotografía de tipo digital. Desde las cámaras integradas en los celulares, hasta las cámaras de gama chica, mediana o grande, estamos ante equipos que generan imágenes digitales. Pero no siempre fue así, hasta poco antes del nuevo milenio, los fotógrafos utilizaban cámaras a las que se les tenía que colocar un rollo con película fotográfica, tenían que hacer sus disparos, rebobinar el rollo (en algunos casos), sacarlo y llevarlo a revelar y ampliar. Actualmente, este tipo de fotografía se conoce como fotografía analógica, para diferenciarla de la fotografía digital.

La fotografía digital posee una inmediatez en la generación de imágenes ya que se suprime la necesidad de revelar la película para ver los resultados. Una tarjeta de ínfimo tamaño es capaz de almacenar miles de imágenes, mucho más que un rollo fotográfico (24, 36 cuadros por rollo). A la larga, la fotografía analógica puede ser algo más cara que la digital, por el tema de la compra y revelado de películas. La inmediatez mencionada es ventajosa para el aprendizaje ya que permite al estudiante revisar sus resultados justo después de disparar, y corregirse en ese instante. Debe reconocerse, la digitalización de la fotografía posee muchas ventajas, pero la fotografía analógica, como buen clásico, tiene una belleza que aún atrapa a muchos.

¿Porqué hago fotografía analógica?

Yo no soy un guerrero del film que maldice todo lo que «huela» a fotografía digital, solo soy uno de tantos aficionados a la fotografía que, habiéndome iniciado en la era digital, probé una vez la tecnología analógica y quedé encantado. Ocasionalmente compro algunos rollos, los coloco en alguna de mis cámaras analógicas y salgo a hacer algunas tomas, tratando de obtener imágenes decentes.

Mi actividad fotográfica la inicié con un equipo digital. Primero tuve una cámara Sony, de las llamadas bridge, con ella aprendí y practiqué mis primeros conceptos sobre fotografía. Posteriormente adquirí una DSLR, una Canon Rebel T1i (de la cual, aún tengo su battery grip que nunca vendí).

Después supe que podía usar viejos lentes analógicos utilizando adaptadores, me asombró el poder usar estos lentes de otras marcas, de buena calidad y a precios muy por debajo de un digital. Así compré, en aquel entonces, algunas ópticas las cuales aún tengo y uso, como dos Helios 58mm y un Super Takumar 135mm. Estos 3 son mis lentes analógicos favoritos (en esta publicación puedes ver algunas fotografías que hice usando estos objetivos).

Con el tiempo, me empecé a interesar por las cámaras analógicas, quería saber cómo era hacer fotografía con una tecnología «obsoleta» según muchos y fue tanta mi sorpresa de que me gustara el hacer imágenes con película que me hice de más de una cámara, a precios razonables, y de buena calidad. Hoy cuento con 3 cuerpos analógicos que utilizo y uno que, por desgracia, se me estropeó y lo tengo tan solo como adorno.

Hora de revelar

Ocasionalmente me acabo uno que otro rollo que voy guardando para llevar a revelar posteriormente. El motivo de este post es, precisamente, mostrar algunas imágenes que obtuve al llevar a revelar 5 rollos que tenía guardados desde hacía bastante tiempo. Esta es algo que me gustan del film, acumularlos y, al final, tener material del cual ya no recuerde de qué fecha eran ni en dónde realicé los disparos. Cuando los llevé a revelar y digitalizar, me dio gusto ver imágenes de momentos que ya no recordaba mucho.

Algunas fotografías están bien expuestas y otras quedaron obscuras pero, vaya, me han gustado por otras características y es por ello que las mantuve en estas galerías.

Al momento de publicar este post, ya tengo más rollos y estoy esperando terminar 2 que aún están en cámara, para llevarlos a revelar. No garantizo unas obras de arte pero, si obtengo material que me agrade, ya haré un posterior post similar a este.

Algunas de las fotografías que hice están en formato vertical, por lo que mejor generé otra galería para ellas.

Para terminar

Hacer fotografía analógica es algo que me hace sentir un poco desarmado. Estoy acostumbrado a trabajar con un flujo de disparar y procesar imágenes digitales, tratando de resaltar mis fotografías con un revelado en Lightroom.

La fotografía analógica no permite tanta libertad para corregir las imágenes capturadas, por eso mis errores de sub-exposición quedaron expuestos. El caso del grano (lo que en digital llamaríamos «ruido») tan visible en algunas imágenes no es algo que me moleste, al contrario, es una de las cosas que me gustan de la fotografía analógica y es un elemento que es usado por grandes fotógrafos del film, para darle fuerza, textura y carácter a sus imágenes. En mi caso, el grano de estas fotografías no existe por que yo sea un gran fotógrafo, sino porque erré al exponer.

Así mismo, con la fotografía analógica, no se tiene a mano toda la ayuda que los equipos digitales ofrecen; enfoque automático con ayuda de «mil» puntos de enfoque, balances de blancos, modificaciones de ISO al instante, etc.

La actividad se vuelve más lenta, uno aprende a ser más paciente ya que cuida el limitado número de cuadros que el rollo ofrece. Aprendes «recetas» como la regla sunny 16. Si tu cámara no tiene un buen exposímetro interno, aprendes a manejar uno externo o bien, aprendes a calcular los parámetros «a ojo de buen cubero». Muchas veces, después de disparar, te das cuenta de que no habías corrido el carrete así que, o hiciste una doble exposición o, en el peor de los casos, no capturaste nada y perdiste el momento. Así de emocionante es la fotografía analógica!

Es verdad, la fotografía analógica tiene su magia y ojalá, si nunca lo has hecho, te permitas adquirir un viejo equipo analógico y lo intentes. Nos vemos la siguiente y Happy Clicking!





About the Author:
Mi nombre es Angel Vera, soy programador de profesión y fotógrafo por pasión. He tomado algunos talleres de fotografía, y me gusta adquirir mis conocimientos de forma autodidacta, con la gran cantidad de información que hay en la red y en libros. Me gusta leer bibliografía que tengan que ver con fotografía, que hablen sobre técnica y composición, sobre estilos, poses, posturas, colores, etc. Aunque últimamente he hecho más retrato, me gusta casi cualquier otro tipo de fotografía, me gustan las imágenes, las historias detrás de ellas, la belleza de las líneas, los colores o la falta de ellos.


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