Hola, que tal, espero te encuentres muy bien y bienvenido de nueva cuenta a mi blog. Este blog que más que fotográfico se ha convertido un poco en un blog de viajes, pero la verdad es que los viajes han sido solo un pretexto para realizando esto que me encanta, la fotografía. Posteriormente retomaré los temas puramente de fotografía. Por lo pronto, va la historia de hoy, que dividiré en un par de entradas debido a lo extenso que estaba quedando mi escritura.
Las entradas tratarán sobre el viaje que realizamos el pasado mes de abril de 2018, para las vacaciones de semana santa, al estado de Yucatán. Dividiré las entradas por cada día de salida que realizamos, y anexaré algunos vídeos que no son de mi autoría pero que me permito tomar para complementar mis publicaciones y con el objetivo de que, quien desee conocer más del lugar visitado, lo pueda hacer.
Realmente, el primer día estaba destinado para asistir a los XV años de mi sobrina en segundo grado, Saraí…, debo comentar que en la iglesia pasé por una situación de alto riesgo, me pasaron al frente a dar lectura a unos pasajes junto con el sacerdote y una monja…, pensé que moriría chamuscado, con eso que tengo años que no hago la comunión :/
Afortunadamente la cosa no pasó a mayores, después de dar todo de mi en el escenario y recibir los aplausos del público y las rosas que me aventaban, bajé y la ceremonia siguió con normalidad.
Los días siguientes los dedicamos a hacer salidas a los alrededores de Yucatán, y es sobre dichas salidas que se tratan esta y las siguientes publicaciones.
Domingo: Telchac Puerto y Xcambó
El domingo, un tío nos llevó a visitar Telchac Puerto y Xcambó. La idea era entrar primero a una zona de cenotes de nombre «el corchito«, pero ya llegamos algo tarde y no pudimos entrar, así que nos dirigimos al siguiente punto, Telchac Puerto.
Telchac Puerto
Telchac Puerto, localidad que se encuentra a unos 30 minutos de Mérida. Esta realmente fue una visita rápida, solo caminamos un rato por el muelle y entramos a un pequeño museo que se encuentra a unos metros del mar. Había algo de gente y aunque es una playa que se ve agradable, no sería mi primera opción para ir a pasar un día de descanso, por la cantidad de gente que se aglomera.
Después de haber estado un rato en el muelle y el muse, pasamos a comer algo a uno de los tantos restaurantes que hay en el lugar, antes de dirigirnos al segundo destino, una salinera cercana.
Zona salinera en Xcambó
La salinera que visitamos es una pequeña zona que había caído en el abandono y que, gracias a la iniciativa de algunos pescadores del lugar, pusieron a funcionar nuevamente. No es tan grande como las Coloradas pero ha servido bastante bien para la producción y extracción de sal. Según los trabajadores, no han querido aceptar inversiones externas, prefieren que el trabajo sea solo de ellos, la inversión, la extracción y la ganancia, lo cual es entendible cuando explican las ganancias que se obtienen por tonelada de sal que venden, no es demasiado y, tener que dividir eso entre personas que solo aportan dinero y no mano de obra, no es muy conveniente.
Cuando llegamos a la salinera, el sol estaba a pique, pero también corría mucho viento que atenuaba el calor. Desde la orilla de la carretera se alcanza a ver unas 3 o 4 charcas con agua de tonos rosados en las que se cosecha la sal. El color rosado que adquiere el agua se debe a la concentración de un pequeño crustáceo, como el camarón, pero más pequeño, que ayuda en la generación de la sal. Este pequeño animalito, de nombre artemia (salina), es también el responsable de la coloración rosada de los flamingos. El trabajo de las artemias se hace presente cuando uno se acerca a las charcas y ve varias costras y cúmulos de sal que serán cosechadas posteriormente. La sal recolectada se acomoda en montones que ser dejan secar al sol. La sal recién sacada tiene un color rosado, y deben lavarlo para dejarlo con su color natural, blanco.
Existen tiendas gourmet donde venden frascos de sal rosada, y las dan a precios no tan bajos, y la gente lo compra sin saber que esa sal es la sal normal de Yucatán (u otras regiones) sin limpiar. Lo peor de todo es que, como sucede que muchos productos artesanales de nuestros pueblos, a los productores les compran la sal a precios bajos, y los venden a precios muy por encima de un precio justo.
Si visitas Mérida, no dejes de buscar estas salineras en las que no te cobran por ingresar, hay personas que con gusto te explicarán el proceso y te mostrarán las placas de sal y las artemias y te darán un pequeño recorrido por algunas de las charcas. Una de las pozas está destinada para que los visitantes puedan meterse y sentir el agua y las pequeñas partículas de sal que quedan pegadas a la piel, con un efecto exfoliante. En la pequeña tienda que hay ahí, podrás comprar algunos de sus productos como bolsas de sal y otras cositas, a precios totalmente accesibles.
En el siguiente video verás la visita que hicieron este cuarteto de chicos a la parte arqueológica de Xcambó, ¡si les gusta el video, le pueden dejar un like!
Finalmente, te dejo con algunas de las fotografías que realicé en este primer día de salidas, observarás que no hay imágenes de Telchac y es que el tiempo que estuvimos ahí, hubo un accidente que al final no pasó a mayores, sobre un niño que se estaba ahogando y lograron salvar. Ese no era momento para pensar en fotografías, sino para intentar ayudar en lo que se pudiese. Un pescador que estaba ahí se lanzó al agua para ayudar a otro señor que ya estaba jalando al niño, después de unos minutos bastantes tensos, ambos lograron sacar al infortunado / afortunado niño y no hubo nada que lamentar.
Pues hasta aquí la primer entrada sobre este viaje, dentro de poco publicaré las siguientes historias así que no te alejes tanto. Hasta la próxima y Happy Clicking!