Hola, que tal, esperando como siempre te encuentres muy bien y bienvenido de nueva cuenta a este espacio en el que últimamente me he enfocado más en compartir algunas experiencias sobre viajes y fotografía.
En esta ocasión toca el turno del ultimo día de paseos durante nuestras vacaciones de Semana Santa de 2018, al estado de Yucatán: Celestún y Sisal.
Celestún
El primer destino que teníamos planeado para ese día era Celestún, donde la idea principal era la de ver a los flamingos en la ría. De Mérida a Celestún hay unos 100 – 110 km de distancia aproximadamente, y el tiempo promedio para llegar es de 1 hora y media.
Al llegar a Celestún, nos perdimos un poco, no sabíamos dónde se tomaban las lanchas para los paseos, pero al menos, eso tuvo algo de bueno ya que, por no saber, pasamos de largo y llegamos a un acceso a la playa que estaba algo alejado de la zona turística, en donde no había más gente que una pareja. La playa estaba limpia y el agua, clara, tranquila y limpia también. Eso me dio la oportunidad de hacer algunas fotografías de la arena y el mar sin gente en las imágenes. Aún era temprano y el sol estaba en lo más alto, por lo que las fotografías quedaron con muy buena luz.
Después de estar un rato aquí, preguntamos el camino y llegamos por fin al embarcadero en el cual se puede rentar una lancha para 6 personas, para un paseo que debería durar 2 horas (si tienes pensado ir, arriba te dejo la liga con los datos del embarcadero, para que no te pierdas como nosotros).
En este punto se presentaron un par de cosas que nos molestaron un poco. Hay una taquilla en la que nos formamos en la fila para comprar los boletos, después de un rato llegamos a la ventanilla y lo primero que nos dijeron es que la renta es para grupos de 6 personas (nos lo dijeron hasta que estábamos ahí, no había carteles, nada que nos advirtiera antes de formarnos), pues nada, nosotros éramos 2, tuvimos que salirnos de la fila sin boleto, buscar algún grupo y volvernos a formar, el grupo lo deben organizar los paseantes antes de llegar a la taquilla, no la empresa que vende los boletos, como hacen en otros lugares como en el Cañón del Sumidero, en Chiapas.
Después de un momento, nos topamos con un grupo de 4 chavos que buscaban a dos personas, perfecto, ahora nos volveríamos a formar, es lo que pensé, pero ¡no!, los chavos nos dijeron: “vamos directo con los lancheros”, así lo hicimos y en efecto, ¡te pueden vender el paseo sin que pierdas tu tiempo en la fila de la ventanilla!! Una vez sobre la lancha, un paseo de 2 horas se convirtió en uno de hora y media aproximadamente (mal) y el lanchero nos llevó a un punto donde vimos un grupo de no más de 40 flamingos y bastante lejos. Tengo entendido que ese no era el único punto donde se podían ver flamingos en mayor cantidad, pero el lanchero ya no hizo más, solo vimos ese pequeño grupo y ya, seguimos al siguiente destino.
En sí, aunque un paseo en lancha siempre es agradable, creo que no logramos satisfacer el objetivo principal que fue la vista de los flamingos. Como comenté, quedamos algo lejos del grupo de aves y por ello no pude hacer buenas fotografías de ellos. En fotografía de vida salvaje, los fotógrafos normalmente utilizan lentes de tipo telefoto, que son lentes con focales arriba de los 135mm. Dichos lentes permiten tener un acercamiento o zoom suficiente como para hacer las tomas de los animales a distancia, obteniendo una imagen grande, clara y bien definida, sin poner en riesgo su seguridad y sin alterar el entorno de modo que el animal nunca se vea amenazado ni salga corriendo de la escena que se quiere captar. La focal más grande que tengo es de 135mm el cual no fue de mucha ayuda para la distancia a la que quedamos de los flamingos. Ni modo, esto servirá de pretexto para regresar de nueva cuenta (pero para no dejar de mostrar a esto rosados amigos, aquí un vídeo).
Además de la visita a los flamingos, el paseo incluía conocer un ojo de agua dentro de una de las pequeñas isletas de manglares, una visita de unos 15 – 20 minutos aproximadamente. En sí, el lugar está muy padre, bajando de la lancha se anda sobre un camino de maderas que lleva hasta un primer ojo de agua a la izquierda, el cual está rodeado de gran cantidad de vegetación formada por arbustos y árboles de troncos delgados y altos y de poco follaje pero que, por la cantidad, creaban una sombra con pequeñas trazas de luz que se colaban entre las hojas. Siguiendo de largo, el camino hace una vuelta y se cierra el circuito de regreso, pero a la mitad de la vuelta, se encuentra un segundo ojo de agua un poco más pequeño. La mayoría de la gente se encontraba nadando en el primero. Como se ve en la galería, el agua era muy clara, limpia, transparente y de colores entre verdosos y un poco azulados (predominaba más el color verde, como esmeralda). Cerca de ahí, mientras caminaba y disfrutaba de la vista que ofrecía el lugar, me encontré con un pequeño cocodrilo que estaba sobre un tronco, dentro del agua, tomando el sol. No era muy fácil de verlo a primera vista ya que se confundía un poco con el propio tronco sobre el que estaba, pero sí, ahí estaba, metido en sus propios pensamientos, sin inmutarse por la gente que nadaba a pocos metros de él. En este lugar no nos metimos al agua precisamente por el poco tiempo que teníamos para recorrerlo, pero si llegas a ir alguna vez y tienes la oportunidad de meterte al agua, puedo decir que los que estaban nadando se veían rete contentos…, me hubiera gustado ver si habrían estado igual de felices al ver al cocodrilito cerca de ellos.
Sisal
Después de Celestún nos dirigimos a la playa de Sisal, a la cual llegamos poco antes de la puesta del sol. En sisal estuvimos en el muelle desde que llegamos hasta un rato después de que el sol se puso. Algo que hizo que valiera la pena haber llegado a esta hora es que hubo un momento en el que, a lo lejos, pasó volando una gran parvada de flamingos, cientos de ellos que tal vez han cambiado Celestún para ahora descansar en las aguas de Sisal (es un decir, no creo que ellos tuvieran mucha noción de cambiar un domicilio por otro). De nueva cuenta, los canijos pasaron volando muy lejos, así que ni soñar en hacer una buena foto de ellos en el aire.
Después de espectáculo, me acomodé a un lado del muelle para hacer algunas tomas de larga exposición mientras llegaba la hora de que el sol se ocultara en el horizonte. Aún había algo de luz, por lo que para poder hacer las tomas de larga exposición debía utilizar el filtro de densidad neutra. En estas tomas, quería mostrar los pilares del muelle fijos, estáticos, en conjunto con el movimiento de las personas y del agua. En este punto, también realicé algunas tomas del mar, con la gente dentro del agua, en larga exposición, haciendo que las personas no se vieran estáticas como observarás en las fotografías.
Momentos después subí al muelle para hacer las tomas del atardecer, el cual fue espectacular, por los colores dorados y azules que el cielo fue tomando a medida que el sol se ocultaba detrás del mar. Además de las largas exposiciones, también hice algunas tomas de las personas en el muelle, quienes estaban pescando, o simplemente igual que nosotros, relajados viendo el atardecer, y algunos retratos de mi “modelo a fuerzas”, aprovechando que el sol se encontraba bajo, para hacer algunas fotografías de siluetas.
Sisal es una playa muy bonita que me gustó por su mar y arena limpias y, debo resaltar, por ese atardecer que observamos que, de verdad, fue un gran espectáculo. Aunque no recorrimos la playa, el paisaje que se veía desde el muelle dejaba ver un paraje que invita a vacacionar, tranquilo, bello y seguro. Así que ya sabes, si vienes de vacaciones a Yucatán, no olvides darte una vuelta por Sisal.
Para terminar…
Espero que las fotografías y los videos que te he compartido en esta entrega sirvan para convencerte de visitar y conocer Yucatán y todo lo que tiene para ofrecerte. La gastronomía yucateca es, para mí, una de las más ricas de la república, aunque muchos de sus platillos son muy condimentados y hasta un poco grasosos, los sabores que el paladar reciben hacen que olvides por un rato la dieta y estés dispuesto a soltar un par de centímetros el cinturón. Los lugares que ofrece, entre los que se encuentran ruinas, playas, cenotes y haciendas, así como las opciones de turismo en la propia ciudad y poblados aledaños, hacen que no pase un día sin que tengas algo que disfrutar o conocer.
Si deseas ver las fotografías de mis galerías directamente en Flickr, aquí te dejo las ligas para las imágenes de Celestún, y aquí las de Sisal.
Finalmente, gracias como siempre por tu lectura, espero que te haya sido de interés y algo de aquí te pueda ser de utilidad si estás organizando tus próximas vacaciones. Si deseas apoyar mi blog, no olvides compartirlo en tus redes sociales usando los botones que tienes aquí abajo y, si deseas dejar tus comentarios o preguntas, puedes usar el formulario que se encuentra hasta debajo de la página, ¡utilízalo y déjame saber de ti!
Hasta la siguiente, felices paseos y ¡Happy Clicking!