Mi fotografía, mi visión, mi vida

Paseo fotográfico: Puebla, chiles y castillos

Que tal, espero te encuentres bien y gracias por visitar de nuevo mi blog. Tal vez seas alguno de los que conocían mi anterior blog, del cual perdí algunos posts durante la migración a este sitio; si no es así, tan solo comentaré que al perder las mencionadas entradas, tengo algunos álbumes de mi cuenta de flickr que necesitan ser publicadas de nueva cuenta, y eso es lo que empezaré a hacer iniciando por este post. Espero poder recordar algunos detalles de esas fotografías pero si no, enhorabuena, en estas nuevas entradas no te marearé con tanto texto como acostumbro hacer.

Sin más que decir al respecto, te dejo con la primera publicación rescatada, espero lo disfrutes y puedas regalarme algún comentario al final del texto.

El pasado 20 de Septiembre de 2016, Miguel Riande y José Navarrete organizaron un viaje a algunas localidades del estado de Puebla, por un lado para degustar un poco de su gastronomía, en la feria del chile en nogada y, por otro, para conocer un lugar con historia y belleza, la ex hacienda de Chautla. La ex hacienda ya la conocía de algún viaje anterior, pero lo que no había visitado era la feria y debo decir que sí que valió la pena visitarla.

Feria del chile en nogada

Uno de nuestros destinos fue San Andrés Calpan, para asistir a la feria del chile en nogada. En el ex-Convento de San Andrés Calpan, Frente al Convento Franciscano, se dispusieron varios puestos de diferentes restaurantes del lugar, y un mercado, que ofrecían gran variedad de alimentos siendo, claro está, el chile en nogada el platillo estrella. Aunque teníamos una gran cantidad de puestos a nuestra disposición para llegar a comer, he de decir que en todos ellos, su platillo principal se veía delicioso, así que tal vez no habría pierde en dónde quisiéramos probar un chile en nogada.

Antes de sentarnos a la mesa, estuvimos recorriendo los puestos y aceptando las pruebas de cada uno de los lugares. A veces me siento un poco culpable de aceptar alguna muestra para degustar, ya que siento que adquiero un cierto compromiso para comprar en el lugar en cuestión y en esa ocasión, debo decir que la culpa se iba acumulando como una bola de nieve…, pero no no podía detenerme, había tanto que probar que tuve que aprender a vivir con esa culpa que me carcomía el alma. Después de varias pruebas, mi novia y yo nos sentamos a la mesa en uno de los puestos, en el que pedí un chile en nogada capeado, tamaño jumbo, el cual estuvo muy bueno, pero la crema se me acabó rápido, por lo que terminé comiendo el chile sin ese aderezo tan rico que le ponen.

Después de comer, seguimos la caminata y entré al convento, estuve merodeando un rato por ahí y luego regresé a los puestos y me dispuse a tomar retratos de la gente, de los expositores y de los vendedores de alrededor. Seguí caminando al mercado, lleno de gente, de olores, colores y sabores, donde habían puestos de dulces, de licores de sabores diversos, de chocolates, moles, helados, frutas, verduras, juguetes y más!, el humo de algunos puestos de comida se mezclaba y perdía entre la gente y entre la luz que se filtraba de los techos improvisados, creando un ambiente un tanto misterioso pero llamativo.

Como mencioné arriba, mi objetivo fue hacer retratos de la gente, por lo que realmente no me hice de imágenes ni de los puestos ni de los alimentos. Preferí observar a las personas y tratar de captar un poco de sus gestos, sus emociones y su actuar. Así estuve trabajando hasta que fue momento de dirigirnos a nuestro siguiente destino.

Ex-Hacienda de Chautla

La Ex-Hacienda de Chautla, es un lugar muy recomendable para visitar si uno va a Puebla, la cual se encuentra aproximadamente a hora y media de la ciudad de México. Actualmente es más como una especie de gran parque familiar donde la gente tiene a su disposición lagos, islas, cabañas y castillos para recorrer, pescar y pasar la noche. La ex-hacienda cuenta con un estacionamiento de buen tamaño y el ingreso tiene un costo aproximado de 50 pesos por persona.

Una vez pasado el acceso, nos encontramos con un camino de tierra, bordeado de grandes árboles a los costados. Del lado derecho del camino, hay un gran lago donde algunos patos se refrescaban y otros, más flojos o cansados, echaban la siesta en la orilla alfombrada de pasto. Del lado izquierdo, hay una serie de cabañas que se pueden rentar para pasar una noche aquí, aunque desconozco el costo de la renta. Incluso, si acampar es lo tuyo, puedes hacerlo en un espacio reservado para ello.

Más adelante en el camino, enfrente de las cabañas, hay un puente que cruza parte del lago para permitir al visitante llegar a una de las islas que hay en la ex-hacienda. Antes de llegar a la isla, sobre el puente hay un pequeño remate de camino con una especie de kiosko sobre el agua. Saliendo del kiosko hay unas escaleras que permiten al visitante pisar sobre la isla. En el momento en que llegué ahí, ví gente que disfrutaba ya sea tomando fotografías, comiendo acostados sobre el pasto o bien, jugando con algunos patos que ahí se encontraban (había uno en especial bastante atrevido que exigía su respectivo diezmo en comida, al parecer le ha perdido el miedo a los humanos). Desde esa isla es posible ver el castillo que se encuentra realmente cerca tanto del agua como de la isla; esa cercanía con el espejo de agua es la que permite realizar la foto clásica de Chautla, el castillo y su reflejo en el lago.

Siguiendo el camino de tierra, después del puente hacia la isla, llegamos a la zona de sanitarios, así como de renta de cañas de pescar, botes y de venta de alimentos. Pasando dicha zona, se presenta ante nosotros un puente de losetas y pasto que nos lleva directamente al castillo. En los costados de dicho pasillo, la gente puede sentarse para ver el paisaje, descansar y pescar un poco. Y también aquí nos encontramos con esos enanos emplumados que gustan de nadar en las aguas del lago, los patos que andan como dueños y señores de Chautla.

Dentro del castillo se puede recorrer un pequeño museo y observar algunos muebles de antaño. Posteriormente el visitante puede subir hacia los pisos 1 y 2 y llegar finalmente a la terraza, desde la cual tendrá una vista muy padre del lago y las islas.

Al terminar el recorrido, todos regresamos pero, antes de subirnos al camión, nos dimos tiempo de comer unas ricas quesadillas enfrente del estacionamiento, con un buen café de olla. A un lado de las quesadillas hay unos locales de venta de licores, dulces y otras cosillas; es buena idea darse una vuelta por esos puestos, uno nunca sabe cuándo una botella de licor se le podría pegar a uno.

Sin más que decir, quiero agradecer la atención y disponibilidad de Miguel y José, quienes aún a la fecha siguen organizando este tipo de salidas. Si deseas conocer sus ofertas, date una vuelta por sus cuentas de Facebook (sus ligas están al inicio del post) y no dudes en preguntarles directamente. Ahora si, te dejo con la galería, espero que las fotografías sean del agrado 🙂

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Como siempre, deseo que esta entrada haya sido de tu agrado, y te motive a visitar este destino, de verdad, puedo asegurarlo, te agradará mucho.

Si deseas ver las fotografías en mayor resolución, puedes visitar el álbum en mi sitio de Flickr. Gracias por leerme, hasta la próxima y Happy Clicking!





About the Author:
Mi nombre es Angel Vera, soy programador de profesión y fotógrafo por pasión. He tomado algunos talleres de fotografía, y me gusta adquirir mis conocimientos de forma autodidacta, con la gran cantidad de información que hay en la red y en libros. Me gusta leer bibliografía que tengan que ver con fotografía, que hablen sobre técnica y composición, sobre estilos, poses, posturas, colores, etc. Aunque últimamente he hecho más retrato, me gusta casi cualquier otro tipo de fotografía, me gustan las imágenes, las historias detrás de ellas, la belleza de las líneas, los colores o la falta de ellos.


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