Paseo fotográfico: Sierra Nororiental de Puebla - día 1

Que tal, espero tengas un excelente día. En esta ocasión, para contar sobre un nuevo paseo fotográfico organizado por Miguel Riande y José Navarrete, esta vez hacia la Sierra Nororiental de Puebla, específicamente al municipio de Hueytamalco, Puebla. En esta ocasión, la salida fue más en plan familiar (papás, hermana, novia, prima y amiga), algo que al final del día, fue sumamente agradable para todos.

El itinerarío contenía la visita a una gruta con un pequeño río en su interior, posteriormente una caminata nocturna hacia la cascada ubicada dentro de la estancia donde pasaríamos la noche (Plan de Guinea), al día siguiente, domingo, una visita a unos establos cercanos para ver y, en caso de desearlo, practicar la ordeña de una vaca, seguido de una plática sobre el café. Mas tarde, una cabalgata a caballo y, posteriormente, tiempo libre para realizar otras actividades (caminata, alberca, fotografía, etc.).

Algunas veces tengo la mala costumbre de escribir demasiado, y para esta salida, ésta es una de esas veces, por lo que dividiré la experiencia en 3 posts, una para el sábado, otra para el domingo y un tercer post para publicar algunas fotografías tomadas a un pequeño compañero que se me anexó al viaje. Éste post trata sobre las experiencias del primer día.

La salida se programó para el sábado 18 de marzo a las 6:30 aproximadamente, por lo que ese día despertamos a las 4.15 para llegar a tiempo al punto de salida. En el camino hacia Puebla, pudimos ver, a lo lejos, al Iztaccihuatl y al Popocatepetl cubiertos de nieve. Después de unas 5 horas, llegamos cerca de las 11 de la mañana al centro de hueytamalco. En ese lugar nos esperaban Alfredo y Alondra, quienes serían nuestros guías en la gruta que visitaríamos ese día(puedes conocer un poco de su servicio en su perfil de Facebook Hueytamalco Extremo– si además deseas ver un par de videos de esta empresa, visita las siguientes ligas: Heytamalco Extremo 2014, Heytamalco Extremo 2016).

Gruta Mama mia

Mama mia, ese es el nombre de la gruta que visitamos y recorrimos con la ayuda de Alfredo y Alondra. El acceso a la gruta se antecede por una caminata corta por un río, el cual no estaba muy profundo. Siguiendo el camino, llegamos a un punto donde debíamos empezar a subir una pendiente con rocas llenas de musgo, húmedas y algo resbaladizas. Llegar a la boca de gruta nos llevo unos 40 minutos aproximadamente pero todavía teníamos un largo trayecto por delante. Al llegar al punto de acceso a la gruta, tendríamos que escalar un poco, arrastrarnos otro tanto para subir una piedra e inmediatamente después, bajar de ella para caer dentro de la cueva.

El interior de la gruta es impresionante, gran parte del camino es de piso plano y firme, pero hay puntos donde fue necesario escalar un poco, o dejarnos caer por alguna roca como si fuese una resbaladilla. El techo es realmente alto en la mayor parte del trayecto, solo en algunos tramos que tuvimos que atravesar, el techo es tan bajo que forma pequeños conductos por los que tuvimos que agacharnos para poder pasar. Las paredes están totalmente húmedas y frías y presentan, en algunos puntos, incrustaciones de cuarzo, así como también pequeños conglomerados de otros minerales que a la vista parecieran formar un metal oxidado.

En algunas partes el agua gotea no intensamente, pero si de forma contínua, y en el suelo, un riachuelo está presente en casi todo el camino, en algunos puntos el agua simplemente corre como una pequeña serpiente líquida y en otros, una pequeña poza acumula el agua que alcanza un poco de mayor profundidad (unos cuantos centímetros). Se cree que la gruta es producto de la acción del mar, un constante golpe de agua de mar fue erosionando las paredes de la gruta, y esta idea sobre su origen se apoya de algunos hechos, como el que en las paredes es posible observar pequeñas huellas de conchas marinas. Las paredes tienen una textura similar a la de una pared con tirol, con pequeñas cuencas u ondulaciones.

Metros mas adelante llegamos al punto de donde surge el agua que alimenta el riachuelo de la caverna. Alondra nos explicó que en ese punto, la caverna forma algo conocido como un sifón (graficamente, es un conducto inundado tal como se muestra en la imagen inferior), y que el agua sale de ese punto. Para llegar al otro extremo del sifón, se tendría que nadar por debajo del agua, cosa que obviamente no hicimos por que en este momento estoy aquí, contando lo que sí hicimos. En el sifón, nos acercamos un poco para sacarnos unas fotos, el agua es más profunda en este lugar, y bastante fría. Para mi, el sifón y el remate de la caverna fueron la mejor parte de esta experiencia.

Aquí una fotografía que me tomaron dentro de la caverna, en la parte del sifón. En este punto tenía las rodillas flexionadas levemente, se puede observar que el nivel del agua era más alto en comparación con los riachuelos que se encuentran en el resto del camino.

Posterior al sifón, seguimos avanzando para llegar al remate de la gruta, algunos metros más adelante. Para llegar al remate, hay que subir un poco más sobre algunas piedras pero el destino final, la vista, bien valía la pena el último esfuerzo. En el remate, Alondra nos pidió realizar una actividad que consistió en apagar todas las luces y quedar envueltros por una penumbra total, era imposible ver algo, la oscuridad era completa. Así estuvimos algunos minutos, solo escuchando las gotas de agua que golpeaban el piso húmedo y el golpe de algunas piedras a lo lejos las cuales, quiero suponer, eran aventadas por Alondra o Alfredo. La sensación de estar en un lugar así, en el interior de una gruta húmeda, sin luz, aislado del exterior, es algo que no puede escribirse, que debe vivirse.

Terminada la actividad, platicamos un poco sobre la experiencia de estar dentro de la gruta, sobre los retos que se nos presentaron y que logramos sortear, sobre lo maravilloso que es nuestro mundo y el poco cuidado que tenemos hacia nuestro hogar. Palabras de agradecimiento, palabras de asombro, palabras de camaradería, palabras que se quedaron cortas para que cada uno de nosotros expresáramos nuestros sentimientos. Al finalizar, iniciamos el camino de regreso y terminamos saliendo de la gruta cerca de las 6 de la tarde. El estar nuevamente en el exterior, sentir el aire fresco, el aroma de la vegetación y de la vida que nos es más familiar fue, quiero pensar, una especie de alivio para todos. Aún quedaban algunas piedras musgosas que transitar para llegar hasta el río, hacia terreno más seguro pero, estar afuera ya fue suficiente para sentir que habíamos vencido el reto que la gruta nos implicó.

Caminata nocturna hacia la cascada

Una vez terminada la caminata en la caverna, nos dirigimos al lugar donde nos hospedaríamos esas dos noches, en la comunidad de Plan de Guinea, una estancia con el mismo nombre, la cual cuenta con algunas cabañas rústicas rodeadas de bastante vegetación y construídas a la orilla de un río que remata en una cascada con una caída de unos 10 metros aproximadamente. el restaurante ofrece una comida muy buena, con variedad de platillos de mariscos, pescado, huevos al gusto, chilaquiles y otros cuantos más. Personalmente disfruté de varios vasios de un yogurth que ellos mismos preparan, con sabores de mango, guayaba, coco y betabel (los recomiendo mucho, es el yogurth con un poco de la fruta encima :).

Llegada a la estancia, y después de cenar y cambiarnos de ropa, hicimos una caminata nocturna hacia la cascada que se encuentra dentro de la propiedad. El camino es un sendero rodeado de vegetación, hecho de tierra aplanada y, en ciertos lugares, mojada, con algunos tramos protegidos por una valla de bambú. El sendero tiene algunas escaleras construidas con la misma tierra. Es un camino de unos 10 minutos a paso lento, no es complicado, hay algunas pendientes leves solamente. A medida que uno se acerca, el ruido del agua golpeando las rocas va en aumento, la cual cae unos 10 o 15 metros aproximadamente desde el techo de una cueva natural, los visitantes pueden estar dentro de esa cueva, justo debajo y atrás de la cascada. En ese momento, el agua se dividía en tres pequeños jirones pero, de acuerdo a lo que se nos explicó, en temporada de lluvia, el agua puede formar una sola cortina. En este lugar nuevamente hicimos la actividad de apagar las lámparas y permanecer en silencio, para escuchar el agua golpeando las piedras, para sentir la brisa y el rocío que llegaba a nosotros, para aspirar el aroma a humedad y vegetación y, los que tuvieran mejor oído, escuchar a algunos animalillos nocturnos.

Fueron unos cuantos minutos los que permanecimos en silencio y en penumbras, y al igual que en la caverna, la sensación que se tiene es especial, diferente a lo que uno está acostumbrado en la diaria rutina citadina. Intentar explicarlo es imposible, al menos para mi, es de esas experiencias que solamente viviéndolas se pueden entender, así que si pueden, visiten este lugar.

Posteriormente, el grupo se dividió en dos, algunos nos quedamos para seguir avanzando más allá de la cascada mientras que el otro grupo regresó a la posada. La idea del primer grupo era realizar fotografía de estrellas, aunque el cielo no ayudó mucho esa noche ya que estaba algo nublado. A pesar de ello, seguimos avanzamos y en nuestro andar, pasamos a un lado de un pequeño grupo de vacas que descansaban y lo único que hicieron fue quedarse viendo, tal vez extrañadas, a esas personas que caminaban por su territorio a altas horas de la noche. Se me hizo gracioso verlas así, como si nada, solamente viendo con sus ojillos fijos…, aunque he de admitir que si hubiera estado yo solo, a esas horas, en ese lugar, y frente a esas vacas, viéndome con esos ojos…, mi imaginación habría hecho que las viera mover los labios y escucharlas decirme «caballero, ¿qué lo trae, a altas horas de la noche, por estos lares?»…., si, la imaginación puede ser muy sugestiva bajo ciertas situaciones.

En la caminata, bajamos un poco por el valle hasta llegar a la parte baja por donde corría el río, el agua de la cascada que más atrás caía pasaba por ese lugar. No entramos al agua, solo estuvimos un momento ahí y regresamos; no se podía hacer fotografía esa noche, y el sueño y cansancio empezaba a hacer mella en mi cuerpo, lo cual marcaba el final de mi primer día del viaje.

Las fotografías

Dentro de la caverna no pude tomar buenas imágenes, no llevaba ni el tripié ni el flash, así que esas se las debo (pretexto para regresar). Las que si pude tomar fueron las del camino previo a la entrada, que son las que se muestran en este álbum (recordando que si desean ver la imagen en su tamaño real, o desean bajar una copia, pueden hacerlo en mi cuenta de Flickr). Sobre la caminata nocturna, las debo por completo, en esa ocasión solo iba de espectador, ya que no llevaba tripié ni lente luminosa, así que tendrán que imaginar el lugar tan solo con lo que conté de la experiencia.

Por el momento es todo, como indiqué al inicio, en un siguiente post escribiré y mostraré las imágenes del día 2, donde básicamente asistimos a la ordeña en un establo y realizamos una cabalgata a caballo. Un tercer post lo dejaré para mostrar algunas imágenes de un personaje que me acompañó por primera vez, y aprovechó para inspeccionar y reportar al Imperio la presencia de posibles Rebeldes…., espero que no me haya reportado a mi el muy vivo.

Me despido, como siempre, muchas gracias por tu lectura y Happy Clicking!!